resiliencia

APOYO PSICOLÓGICO, RESILIENCIA EN UNA PANDEMIA

“Inesperado, angustioso, completamente impredecible, nunca pensamos que viviríamos algo así”. Estas son algunas de las palabras que más se repiten cuando les pregunto a mis compañeros que han sentido estos meses. Mi nombre es Lucía y trabajo en el hospital de Torrejón.

Cuando comencé a estudiar enfermería, sabía que me enfrentaría en muchas ocasiones a situaciones duras y delicadas con las que tendría que aprender a lidiar si no quería que mi salud mental se viera dañada en pocos años. Acabé trabajando en el servicio de diálisis, con pacientes crónicos, que pasan allí gran parte de su tiempo, quizá por eso me di cuenta muy pronto de lo importante que es cuidarnos por “dentro” tanto como por fuera.

A finales del mes de febrero supimos que lo que venía no iba a ser fácil, y a medida que pasaban los días y la situación se complicaba la necesidad de apoyo era más evidente. Fueron días muy complicados, siempre alerta, con cambios cada día, cada hora. Resiliencia… que palabra tan poco conocida para mí y que necesaria en estos días. La capacidad de adaptarnos a nuevas situaciones, a nuevos protocolos era agotadora. Físicamente fue complicado, pero me atrevería a decir que mentalmente era insoportable.

Una mañana al salir de trabajar, vi que en la sala de al lado habían habilitado una consulta de apoyo psicológico. A los que ya habíamos tenido algún contacto con estos profesionales en algún momento de nuestra vida, nos pareció una gran idea. Al principio escuchábamos como algunos comentaban con cierta duda la posibilidad de acercarse al acabar el turno, pero a medida que pasaban los días, un sinfín de compañeros atravesaron aquellas puertas, y no una, sino varias veces. Hicimos terapia de grupo, talleres, trabajo individual. Estoy segura de que sin el apoyo del gabinete de psicólogos y psiquiatras no hubiéramos logrado sacar esta situación adelante.

Mucho se habla de los héroes de esta pandemia, somos muchos los que hemos luchado en ella, mi situación por suerte fue mucho más fácil que la de otros y aun así necesité ayuda psicológica varias veces. A la pregunta escéptica de muchos sobre sirvió de algo … SI, por supuesto que sirvió, absolutamente SI fue necesario, y me alegra ver como muchos de mis compañeros a día de hoy siguen buscando el soporte psicológico, no solo para lidiar con las consecuencias de esta situación, si no como parte de una rutina saludable más en su día a día.

Empecé este texto escribiendo palabras que describían los sentimientos que nos pasaron por la cabeza y por la tripa a muchos de nosotros estos meses, pero quiero acabarlo con otras muchas que también se repetían, empatía, compañerismo, esperanza, abrazo, aliento… es necesario asumir que todas forman parte de esta historia y que gracias al papel crucial de todos los psicólogos que nos ayudaron, fuimos capaces de aceptarlas en su conjunto. Un psicólogo no va a hacer que desaparezca el miedo, la incertidumbre o el desconcierto, pero si será capaz de hacer que lo gestiones de tal modo que no te paralice en tu día a día. Será capaz de hacerte ver que hasta en la situación más negativa, está en nuestra mano darle la vuelta y continuar, porque al fin y al cabo, la vida es un 10% lo que sucede y un 90% como reaccionas ante ello.

Así que, quizá deberíamos preguntarnos… ¿son realmente necesarios los psicólogos en nuestro día a día o solo en los momentos en que nos sentimos sobrepasados?, ¿deberíamos darle la misma importancia al cuidado de nuestra mente como al de nuestro cuerpo?

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